Hace no más de 10 años se podían ver pancartas en el Estadio Azteca durante los partidos de los Rayos que traían la leyenda "Pocos pero contentos". Hoy eso es una mentira. Ya quedaron atrás los 90's y con ellos todos los buenos jugadores que encumbraron al equipo electricista a lo más alto del balompié nacional. Verdaderos hombres y no nombres eran los que disputaban con coraje cada encuentro ya fuera en casa o de visita.
Pero todo eso quedó atras. Hoy el Necaxa es un equipo mediocre, como hace tiempo lo fueran otros clubes como el Monterrey, el Santos, el San Luis, incluso el Pachuca.
Fíjense que lo del Pachuca es un caso rarísimo en en el fútbol profesional, y es que a pesar de ser el decano del fútbol mexicano no había ganado nada en 98 años de historia. Fue a partir de 1999 cuando dio un giro radical el club y se convirtió en el mejor en 2006.
Y mientras el Pachuca ascendía, el Necaxa comenzaba su declive.
Primero, tras perder la polémica final de 2002 contra el América, una final que debió ganar. Segundo, con la salida del Estadio Azteca, el Necaxa perdió 2 cosas valiosísimas: a Aguinaga, jugador emblema de la institución y que prefirió quedarse en la capital para jugar con el Cruz Azul; y asímismo el factor de la altura dejó de estar de su lado al mudarse a Aguascalientes. Tercero, se fueron los últimos buenos jugadores del club: Luis Pérez al Monterrey; Diego Martínez a las Chivas.
Cuarto, la gota que derramó el vaso, la salida de Raúl Arias, el DT que había permanecido por 7 años en el equipo dijo adiós y con él se llevó su buena fortuna a San Luis.
Podrían decirse que hay muchísimos más factores que han derivado en la debacle necaxista: mala elección del DT, mala directiva, poco apoyo de la afición, discretos resultados en fuerzas básicas, malas contrataciones de jugadores extranjeros y mexicanos. En fin, se puede decir mucho pero al final nada de eso le importa a los aficionados rayos.
Luego de los maravillosos 90's sobrevino una sequía que ha sembrado incertidumbre entre directiva, cuerpo técnico y afición. Este ya no es más aquel equipo que jugaba y casi siempre ganaba. Es simplemente un equipo chico que tuvo su momento, lo aprovechó y lo dejó ir poco después.
Equipos como este hay varios, podemos citar al Nápoles, al Torino, al Atletic de Bilbao, a la Real Sociedad, al Deportivo La Coruña, al Manchester City, al Everton, el Celaya...
Todos estos cuentan con una gran historia y con jugadores que quedaron inmortalizados en la memoria de la afición, pero luego que pasó su momento se apagó la llama del club y volvieron a ser los mismos de antes, volvieron a agachar la cabeza, a decir mejor perder por 1 que me goleen, etc.
Muy lejos. Si muy lejos quedan esos tiempos donde el 7 rayo movía el balón y armaba el juego, con delanteros rapaces como Ivo, Peláez o Matador, con una media exquisita con el Ratón, García Aspe o con Vázquez, con una defensa equilibrada donde jugaban nacho, Cabrera, etc. Y la retaguardia con el siempre confiable Ríos o Navarro.
Ya se fue, ya pasó. Al igual que el Nápoles de Maradona o el Depor de Bebeto o de Valerón. Sólo queda volver a esperar, esperar y esperar, como con los cometas, a los que hay que aguardar bastantes años para volver a verlos, si es que tenemos la fortuna de volver a verlos... en su máximo esplendor...
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