El fútbol es, para nosotros los aficionados, una diversión, una distracción o incluso una obsesión en los casos más excéntricos.
Es el pretexto perfecto para salirnos del mundo real y adentrarnos en el mundo del fútbol aficionado, donde uno está a la deriva de las circunstancias del partido, ya sea un soberano golazo o una expulsión rigurosa, no tenemos el control de lo que pasa allá adentro, si ganamos maravilloso, si no joder, que se vayan a la fregada...
Por eso yo me pregunto ¿de dónde sacan fuerzas los aficionados mexicanos que viven en los united states para volver a ver a un equipo como la selección de México que sólo va a manchar su reputación una y otra vez con tal de ganar unos dólares?
Me pregunto que tan defraudados se sentirán de que, luego de pagar quien sabe cuantos billetes para ir al stadium y gastar por lo menos 4 horas de su tiempo, vean a sus paisanos jugando a nada, todos desmotivados, cansados, como si tuvieran la cabeza en otro lugar.
Me imagino que se debe sentir de la patada que estando allá, los gringos te ganen en un deporte que tu practicamente les enseñaste a jugar (no lo digo sólo por Donovan), que se burlen en tu cara, y que los tengas que ver todos los días en el trabajo, la calle, la tienda, la TV, that definitely sucks!
Desafortunadamente hay muchos estadios en EU donde México puede continuar su gira del terror sin fin, y la próxima parada es Columbus.
Y Aunque está re-contra-casi imposible que los verdes salgan con la victoria,
sólo queda esperar que se aparezca el fantasma de Villa
para que llegue y se robe esta vez la sonrisa de la orgullosa y soberbia fanaticada norteamericana
y cual Robin Hood, la entregue a los cientos de aficionados aztecas,
que de plano ya se lo merecen...
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